viernes, 27 de enero de 2012

Jurado Premio Casa de las Américas (Teatro) JORGELINA CERRITOS: ENTREVISTA: Cuba 2012


Entrevista a la actriz y dramaturga salvadoreña Jorgelina Cerritos, jurado de Teatro del Premio Casa 2012: “Somos un país que lejos de recuperar la memoria hemos tratado de borrarla”

por Maité Hernández-Lorenzo

Psicóloga de profesión, dramaturga y actriz por vocación, se impuso esta ante la primera. Decidió, entonces, diseñar su horario de trabajo en función del teatro y no de sesiones de terapia. Junto a dos compañeros fundaron Los del quinto piso, un grupo anclado en San Salvador. Desde ese núcleo ha hecho teatro en un ejercicio de resistencia que no solo practica desde la escritura, sino también desde la actuación. Confiesa que el Premio Casa la hizo más visible entre sus colegas pero ello no ha significado, forzosamente, que sus textos sean puestos en escena de manera inminente.

Uno de sus sueños es montar, “cuando haya pasado un tiempo”, Al otro lado del mar, pieza acreedora del Premio Casa en 2010. Su más reciente título, Vértigo 824 obtuvo el Premio Latinoamericano Georges Woodyard. “Una obra diferente de Al otro lado…, más caótica, un verdadero vértigo”.

"¿Cuáles son los principales desafíos en tu condición de mujer para hacer teatro hoy en El Salvador y bajo qué circunstancias produces?

―En El Salvador ningún grupo es subvencionado por el gobierno. Normalmente nos denominamos un grupo de teatro independiente, pero es paradójico porque todos, de alguna manera, somos independientes. No existe una compañía nacional o estatal. No hay escuela superior, ni siquiera tenemos bachillerato en arte, desapareció a mediados de los ochenta.

«De manera que nos formamos como teatristas en talleres. En los últimos años se ha producido un auge del teatro universitario. Se han abierto escuelas de teatro, pero informales, no existe un grado académico ni acreditación. Lo único que está pasando a ese nivel es un diplomado en el Centro Nacional de Artes, pero todavía no se asimila socialmente, no está amparado por nada. En general, la gente de teatro estudia otras carreras. Entramos a la Universidad, y allí nos abrieron el espacio de los talleres.

«En mi caso, por ejemplo, empecé en el de la Universidad de El Salvador. Antes eran muy pocas las universidades con este tipo de espacio. Yo estudié psicología, pero tenía muy claro que si hubiera existido una carrera de actuación o de teatro en general, no dudaba de que esa era mi opción. Y así sucede con muchas compañeras de mi generación.

«Llega un momento en que debes decidir: ¿Opto por mi carrera, por el teatro o llevo las dos carreras a la vez? Creo que en todas dijimos, llevamos las dos a la vez. Yo, por ejemplo, llegué a la comprensión de que el teatro que quería hacer, para entenderlo como teatro profesional, tenía que asumirlo tiempo completo, y eso es una decisión muy personal. Nunca podría serlo si me dedicaba a la psicología y en mi tiempo libre, al teatro.

«¿Qué sucede? Pues, pasa ese primer “colador”, entre mi carrera universitaria y mi deseo del teatro, o también la disyuntiva de ser madre o no, de que si a mi compañero no le gusta que yo esté en el teatro, eso si ya pasaste el tema de los padres que en el caso de las jovencitas es más complicado.

«Actualmente muchas de nosotras nos aventuramos a hacer teatro a tiempo completo, pero se impone la pregunta, ¿de qué vivo? Salgo todos los días a trabajar en mi grupo, estoy desde las nueve hasta las tres de la tarde, pagamos nuestro espacio de trabajo, pero nadie nos paga a nosotros. Entonces, cualquier trabajo remunerado tiene que ser después de ese horario."

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http://laventana.casa.cult.cu/modules.php?name=News&file=article&sid=6656

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