sábado, 6 de abril de 2013

FALLECE DAVID BARAHONA (Teatrero Guatemalteco) exiliado en Francia.


Para David Barahona

Por Carmen Samayoa 


Empecé a escribir estas líneas en el tren que me llevaba a Paris para decir adiós a mi amigo David Barahona. A quien doña muerte se lo llevó el viernes (santo) 29 de Marzo de 2013.

Parte de estas líneas las compartí con un gran número de amigos de David en el homenaje que se le rindió el domingo 1° de Abril. En la "Vaca Azul"

A veces mi hermano mayor, a veces mi hijo, siempre mi amigo, yo digo que David era como un niño corriendo detrás de la maravilla que descubrían sus ojos, sus oídos, su corazón.

Si en el camino que lo llevaba a la cita que tenía contigo se encontraba con algo o con alguien que atrajera su sentir; se quedaba allí, olvidaba o aplazaba la cita que tenía contigo. Fiel como era él al momento presente.

Cuanta veces llegó tarde o ya no llegó…

Pero cuantas veces se quedó contigo resolviendo acompañando el desastre o la alegría que estabas tu viviendo.

Nada raro que el teatro lo llamara, lo acogiera.

Ahí fue donde lo conocí. Guatemala 1977 curso de lenguaje corporal con Pancho García-Muñoz. Inicios de Teatro Vivo. David ya tenía experiencia en el teatro, yo me sorprendía con sus talentos para construir bastidores en un abrir y cerrar de ojos, para encontrar el clavo la piedra el agujero que nos permitiría sostener un telón de fondo…

Lagrimas y carcajadas se mezclaban y se mezclan aun hoy en día cuando recuerdo como contaba sus aventuras de payaso.

Un día decidió irse con un circo para aprender el oficio y cuando regresó e invitó a su madre para que lo viera actuar, no sé si llorando, no sé si riendo o tal vez las dos cosas a la vez, desde la primera fila, ella, la mamá de David decía “ ay mi Davicito payaso de circo"

En Guatemala compartimos las dificultades y los sueños de hacer del teatro nuestro oficio y tratar de contribuir a la transformación social de esas estructuras racistas e injustas.

Nuestro exilio empezó siendo una especie de gira permanente que nos llevó a actuar por el centro y un poquito del sur de América, por EEUU, Canadá y Europa.

En ese exilio nuestra amistad creció. Y un día, allá por 1985 la riqueza de nuestras diferencias no encontró mas su cauce y nos separamos.

Doloroso aquel adiós doloroso pero necesario.

Intentamos cooperaciones dos o tres veces mas, pero ya no pudimos, nuestro tiempo de colegas teatreros se había consumido

Quedó la amistad el recuerdo, la fuerza de los sueños, de los peligros y batallas compartidas, la complicidad de la alegría y la ingenuidad de nuestra juventud.

A partir del 94, cuando me alejé de Paris, lo vi muy poco pero cada encuentro confirmaba nuestra amistad. Supe que a pesar de las enormes dificultades económicas nunca abandonó completamente el oficio del teatro, que continuó desarrollando y compartiendo su experiencia de payaso y de mago. Sé que escribía, que contaba cuentos, que decía poesía que trabajaba el barro y otro mucho montón de etcéteras que hacen honor al artesano trabajador que también vivía en el alma de David

Nuestros últimos encuentros y despedidas nos permitieron dejarnos en paz, aceptar el cariño que nos teníamos sin exigencias ni explicaciones.

En nuestra última conversación (un día antes que entrara al hospital) me platicó de una experiencia en la que había participado con un grupo de gentes muy diversas .

Con una madeja de hilo entre las manos una persona comienza a presentarse, a decir quién es, hasta que a un momento dado algo de lo que dice puede hacer que otra persona del grupo se identifique y diga "yo también", cuando esto sucede la primera persona se queda con la punta del hilo y pasa la madeja a la que dijo "yo también" entonces esta persona continua presentándose hasta que otra persona diga "yo también" y así sucesivamente hasta que todos los presentes estén unidos por ese "yo también" y por ese hilo que ha ido pasando de mano en mano, construyendo una especie de telaraña, de puente , de enredadera que hace visible lo que tenemos en común lo que nos une los unos a los otros.

El homenaje que tantísimos amigos de David le rindieron en Paris fue para mi extraordinario él sabía muy bien, , imaginar, soñar, crear relaciones entre gentes aparentemente muy diferentes. Su generosidad, su alegría y tenacidad eran inspiración para todos.

David y sus amigos me han reconfortado con su ejemplo de solidaridad de fraternidad, de respeto a la vida y a la muerte

Vuelvo triste pero esperanzada, mis lágrimas saben a confianza, confianza en que seguiremos resistiendo con canción, poesía, baile y alegría, resistiendo a la indiferencia, a la enemistad a la desconfianza que nos hace olvidar que todos somos iguales, distintos, únicos, pero iguales.

Esta evidencia, esta agua azucarada, es tal vez el último regalo que tengo que agradecerle a David. Conciencia de los lazos que nos unen, invisibles quizá para los ojos, pero no para el corazón.

Yo también como uds era amiga, cuata, llave, pana yo también era hermana de David.

Se nos adelantó, ahora es él el que nos espera y llegaremos cuando nos toque.



Hasta siempre David

Fuente


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