viernes, 9 de mayo de 2008

ENTREVISTA A HECTOR OLIBONI - DRAMATURGO ARGETINO


QUERIDO MAURICIO:

Aquí te mando las rspuestas a tu cuestionario. espero que te interesen. Cualquier duda o inconveniente avisame. Por favor avisame también si llega bien.

Un abrazo

Héctor Oliboni


RESPUESTAS



1) El teatro para mí es una de las cosas más importantes de mi existencia. Y la pregunta que a veces me hice fue: ¿puedo vivir sin hacer teatro? Y la respuesta fue negativa. De manera que el teatro forma parte de mí como una de las esencias determinantes. No es lo único que me interesa o me motiva. No soy fundamentalista en nada. Pero sí quizá junto con mi familia, la gente y la vida misma que transcurre a mi lado y a mi alrededor, el teatro es un significante primordial que me ayuda a vivir y a entender la vida.

2) No quiero ser tan soberbio como para afirmar que conozco a fondo todo lo que tiene que ver con el teatro latinoamericano. Me gusta estar al día e informado, y desde mi punto de vista no existe un solo teatro latinoamericano sino varios. El teatro del Río de la Plata conformado por Argentina y Uruguay, el teatro chileno y una parte del teatro paraguayo es uno de los varios. El brasileño de por si por su diversidad y contrastes marcados es otro. Quizá más adelante el teatro colombiano, peruano y venezolano. Y por ultimo el teatro caribeño, conforman un crisol que a veces es contrastante y contradictorio. En algunas regiones existe una marcada influencia europea y/ norteamericana, y en otras hay como una mayor pureza nativa. Y eso marca diferencias y acercamientos. Lo que me parece, a nivel general, es que el teatro latinoamericano ofrece una gran riqueza y diversidad, y que se están haciendo esfuerzos por unir e incorporar e intercambiar los distintos modelos y estilos.

3) La Argentina tiene en estos momentos una riqueza y una cantidad verdaderamente increíbles de espectáculos teatrales. Se han llegado a contar solamente en Buenos Aires más de 300 durante los fines de semana. Esto es casi imposible encontrarlo en ningún otro país o ciudad del mundo. Dentro de esa enorme oferta, por supuesto existen diferencias marcadas en calidad y estilos. Desde mi punto de vista el inconveniente mayor en este momento, por lo menos en Buenos Aires, para hacer teatro es conseguir no sólo la producción necesaria para montar una obra, sino más tarde lograr que los medios la reflejen y difundan. Es casi una verdad de Perogrullo señalar que si el público no sabe qué se está haciendo es lo mismo que si no se hiciera. Y los grandes medios en Buenos Aires se han tornado muy rígidos en cuanto a recibir y canalizar la información, por un lado por la gran cantidad de espectáculos y por el otro porque se han mercantilizado de tal manera que por cualquier pequeña gacetilla, noticia o información requieren un costo considerable. Y dado la época de capitalismo salvaje que caracterizan nuestros días esos costos son casi inaccesibles para la gran mayoría de los grupos.

4) Afirmar que escribir teatro en Latinoamérica significa una revolución estética es demasiado. Lo que sí es cierto es que los autores de teatro no pueden vivir de la renta de su trabajo, y entonces muchas veces tienen que escribir para el cine y la televisión, y en algunos casos para la publicidad. El caso de los autores se repite de manera más dramática entre los actores. En cuanto a la competencia del cine viene de hace muchos años. Me parece que una competencia mayor fue luego la televisión y en estos momentos lo son internet y los videoclubes. La gente prefiere quedarse en su casa mirando televisión, alquilando una película para ver en el hogar, o conectarse con las posibilidades infinitas que le ofrece internet. En ese sentido creo que sí todavía el teatro es revolucionario, dado que se opone .y se enfrenta a las modas o a los factores de poder, y que la estética del público cercano al actor y compartiendo el mismo espacio, es inigualable e insustituible.

5) Si fuera posible me encantaría que se representaran en Guatemala “Una mañana sin sol” una obra muy querida que fue premiada por el grupo El Galpón de Montevideo y que tuvo mucho éxito en Cuba y Perú. Y también, en orden de preferencias, “Mongo y el Angel” representada en Perú y “Sombras” que hace poco fue estrenada en la Universidad Complutense de Madrid.

6) No cabe ninguna duda que existe la literatura liviana. No hay más que repasar las novelas de ocasión de alguien supuestamente místico que utiliza su pretendida sabiduría para ganar mucho dinero, o las novelas por encargo. También existen por supuesto las obras de teatro livianas, que son las que satisfacen los gustos ligeros del público que pretende divertirse sin profundizar ni reflexionar, ni tomar al teatro como una aventura artística unida a un compromiso personal. Dentro de esas obras se encuentran las pasatiempistas, las que se escriben para que la gente haga una buena digestión después de una cena copiosa, las que presentan la figura femenina como un gancho erótico liviano, o las que hacen del sexo y la violencia gratuitas una actividad lavada y descomprometida.

7) Las dos cosas. Pero para mí lo más importante y lo que está en la esencia constitutiva de una obra teatral es la representación. La publicación puede esperar. Es interesante señalar sin embargo que la publicación es importante para la divulgación y conocimiento de una obra y un autor en lugares muy lejanos. Y dentro de los canales de difusión o de edición de un texto, es sugestiva la preponderancia que tienen en este momento la publicación de obras en sitios virtuales, y en páginas o portales de la web, que pueden llegar a una enorme cantidad de lectores interesados y posibilitar su representación.

8) Dentro de mi trabajo como gestor productor cultural, el mayor desafío fue y sigue siendo llegar a la mayor cantidad de espectadores, lectores u oyentes posible. No tener como blanco o como público interesado sólo a los teatristas o a los del “palo”. Mi intención es, con la mayor calidad y rigor , poder llegar a ser un canal de difusión y reflexión para la mayor cantidad de gente que logre convocar y ampliar constantemente los márgenes de interés.

9) En los últimos años han aparecido títulos muy significativos en el panorama escénico argentino. Podríamos enumerar una lista, muy incompleta por supuesto, donde se detallen obras de Rafael Spregelburd: “La estupidez” y “El pánico”, de Javier Daulte: “¿Estás ahí” y “Besame mucho”, José María Muscari: “Shangay, sin olvidar los autores consagrados como Roberto Cossa, Ricardo Monti, Griselda Gambaro o Eduardo Pavlovsky.

10) Comencé mi actividad teatral como actor. Durante muchos años mantuve ese trabajo, que para mí es esencial: el actor y el público son los únicos indispensables en el espectáculo teatral. Poco a poco fui interesándome en la dirección y en la dramaturgia. Y en este momento, casi con exclusividad, me dedico a escribir y montar obras. Una tarea que me apasiona y que me mantiene vivo, como aseguré en alguna pregunta anterior.

11) Lamentablemente en Argentina conocemos muy poco el teatro guatemalteco. No tuvimos oportunidad, que yo sepa, de ver representada alguna obra de ese origen y publicaciones tampoco conozco. Por suerte la revista Conjunto de la Casas de las Américas de Cuba dedicó uno de sus números al teatro de Guatemala y allí tuve oportunidad de conectarme con autores y dramaturgos, y tener una visión aunque sea parcial de ciertas características de la escena guatemalteca. Por supuesto el primer nombre que viene a la memoria es Miguel Angel Asturias pero particularmente por su obra narrativa en especial su famoso”Señor Presidente” que le valió el Nóbel. Otro nombre que salta rápido es el de Manuel Galich que fundó la Casa de las Américas y que escribió muchas de sus obras en tierra cubana. Un texto que leí y que me pareció sumamente interesante es “Clitemnestra ha muerto” de Rubén Nájera publicado precisamente en Conjunto.

12) Yo creo que lo que salvó al teatro, que muchas veces fue declarado muerto, fue precisamente el teatro. Las características esenciales que lo convierten en el único género de ficción que contiene simultáneamente la presencia del actor y el espectador. La notable condición humanística del teatro que logra una comunicación palpitante, viva y presencial es el teatro. Por supuesto los adelantes técnicos: la luz, el color, los estilos escenográficos, el vestuario y la incorporación de las nuevas tecnologías como el video y las imágenes tridimensionales ayudaron pero en realidad la salvación del teatro se debe a que es profundamente humano y el único arte que comparte obra y espectador sin la intermediación de cámaras y parafernalias diversas.



Por último quiero agradecer la oportunidad que me brindan Sketch y Mauricio López Castellanos de comunicarme con el público y los hacedores del teatro en Guatemala. Precisamente creo que internet, a través de su impresionante poder de comunicación, puede llenar el vacío que tenemos los teatristas latinoamericanos de conectarnos con nuestros pares y de conocer más a fondo el teatro de cada país, sus características, sus estilos y sus protagonistas. Sobre todo

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